capacitacion docente
jueves, 4 de junio de 2015
Formación inicial (o de grado)
Se concibe al maestro como al
profesional que tiene la responsabilidad de facilitar y de orientar el proceso
de aprendizaje en avances individuales y de grupos de estudiantes.
Se requiere un maestro reflexivo de su práctica docente en el
aula, para que transforme la realidad y para que planifique los proceso en
equipos de trabajo.
Papel del docente:
• Se le exige asumir un papel
particular como orientador o guía del aprendizaje. Para ello debe ser muy
creativo, dar dinamismo al proceso educativo, interactuar directa e
indirectamente con los niños, y ocupar materiales variados que permitan el
trabajo independiente en el aprendizaje de los estudiantes.
• Como docente debe, así mismo,
ser capaz de extraer del medio social elementos que le permitan incorporar a la
escuela expresiones de la cultura cotidiana para integrarlas a la escuela y a
la comunidad; y asumir un papel activo en el desarrollo social.
•
Debe estar en constante proceso de superación
profesional, sobre todo enriqueciendo sus conocimientos acerca de métodos de
enseñanza y de planificación para atender a diferentes grupos. Al mismo tiempo,
debe elaborar estrategias para analizar el entorno en el que se desenvuelve la
escuela y los procedimientos para estimular la participación de los alumnos y
de la comunidad en general.
Como facilitador en el aula, el maestro será capaz de:
•
Identificar con objetividad las potencialidades, las
capacidades, los intereses y las dificultades de sus estudiantes, y adecuar la
enseñanza a las peculiaridades de cada grupo.
• Establecer relaciones humanas
sinceras, respetuosas, empáticas y constructivas con sus estudiantes y con los
demás miembros de la comunidad educativa.
• Estimular en sus educandos la
autoestima y la motivación para aprender y para superarse.
• Ayudar a sus estudiantes a
impulsar actitudes positivas hacia la naturaleza y hacia las demás personas.
• Ayudar a sus alumnos a desarrollar
una conciencia moral autónoma y una disciplina interior respecto a las normas
de convivencia, independencia, responsabilidad y espíritu de cooperación.
• Ayudar a sus estudiantes a
promover hábitos de orden, pulcritud y puntualidad en su trabajo escolar.
• Estimular en sus educandos la
apertura mental, la creatividad y el aprecio por la verdad en la construcción
del conocimiento, y en la comprensión de personas, fenómenos y situaciones.
• Facilitar el logro de
aprendizajes significativos, ayudando a sus alumnos a relacionar los nuevos
conocimientos con los conocimientos y experiencias ya adquiridos, y
proporcionar oportunidades para aplicarlos creativamente
• Ayudar a sus estudiantes a
comunicar ideas y sentimientos con claridad.
• Estimular con creatividad y
regularidad la discusión sobre temas y problemas relacionados con los ejes
transversales del currículo.
• Tener un amplio dominio de
las asignaturas que le corresponde enseñar y de las formas más apropiadas para
evaluar los logros de aprendizaje y la acción educativa en general.
• Identificar con objetividad,
reconocer con humildad y rectificar con oportunidad sus propios errores y
desaciertos.
Como miembro de la comunidad educativa, el maestro será capaz
de:
• Trabajar en equipo con el
director y con los otros maestros en la planificación, ejecución y evaluación
continua del proceso de enseñanza-aprendizaje.
• Involucrar a los padres de
familia en acciones orientadas a superar las dificultades en el desarrollo
intelectual, emocional y social de los estudiantes.
• Contribuir a generar un clima
de respeto, entusiasmo, equidad, cooperación y armonía en todas las actividades
escolares.
• Aprovechar los recursos de la
escuela y cooperar en su mantenimiento y en la adquisición de otros que se
estimen necesarios.
• Participar en reuniones
formales e informales de estudio y de superación personal con sus colegas.
• Atraer la participación de
padres de familia y de personalidades locales y nacionales para apoyar las
acciones educativas de la escuela.
• Apreciar las distintas
manifestaciones del arte y de la cultura, y contribuir a la ejecución de
actividades para su desarrollo en la comunidad.
• Colaborar en el planteamiento
y en la realización de actividades extraescolares que favorezcan el
conocimiento de la realidad nacional, y la recreación sana y constructiva de
los estudiantes.
Gobierno y administración
Según la Ley de
Carrera Docente, "Es deber del Ministerio de Educación planificar y normar
de manera integral la formación de los educadores".
Objetivos
Tal como aparecen en el capítulo II de la Ley de Carrera Docente
(1996):
•
Formar de manera adecuada,
científica y ética a los docentes para los distintos niveles y especialidades
educativas, promoviendo y fomentando la investigación para mejorar la calidad
del proceso de enseñanza-aprendizaje;
•
Estimular la superación y la eficiencia de los educadores, mediante un
sistema de remuneración acorde con su formación académica y con su antigüedad;
•
Preparar educadores en el número suficiente y necesario para cubrir las
necesidades educativas de la población;
•
Proporcionar y garantizar, en lo posible, plena ocupación a los
educadores que se formen; y
•
Promover la educación nacional
como instrumento que facilite el total desenvolvimiento de la personalidad de
los educandos y el desarrollo social y económico del país.
Marco legal
•
Ley de Educación de 1995, que
establece que los planes y programas para la formación de los maestros de los
niveles y modalidades educativas serán determinados por el Ministerio de
Educación.
•
Ley de Educación Superior de 1997
(art. 57): planes y programas de estudio de las carreras de profesorado.
•
Ley de Carrera Docente (1996).
Antecedente
Históricamente, la
formación y capacitación de maestros ha pasado por diversas etapas, que van
desde el empirismo docente (maestros sin formación inicial o con débil base
académica), hasta maestros que han pasado por una escuela Normal, por un
instituto tecnológico o por la propia universidad.
En el caso de estos últimos, se advierte una
heterogeneidad de enfoques y de estrategias de formación que no siempre ofrecen
garantía para un desempeño profesional de calidad. La falta de unidad de los
planes de estudio de formación inicial indica que las modificaciones totales o
parciales que han sufrido no fueron producto de resultados evaluativos
relativos a su aplicación.
La carencia de una política coherente y de una eficiente planificación
con vistas siquiera al mediano plazo, ha dado respuestas emergentes e
inmediatas a medida que surgen las necesidades o que se enfoca el problema.
Las primeras escuelas Normales tuvieron
bastante claridad en la misión formadora de maestros que se les encomendó;
prueba de ello fueron muchos educadores que se destacaron en el magisterio,
quienes recibieron formación en las Normales: Alberto Masferrer y España en San
Salvador, Francisco Gavidia en San Miguel, y Gerardo Barrios en Santa Ana.
Labor similar realizaron la Escuela Normal Rural de Izalco y otras que
funcionaban en el país.
Con el fin de superar tales deficiencias, la Reforma Educativa de 1968
creó la Ciudad Normal "Alberto Masferrer”, institución en la que se
concentró la responsabilidad de formar maestros para educación básica.
La formación de maestros
estuvo centralizada por el Estado hasta 1981, año en el que la Ciudad Normal
fue cerrada. A partir de entonces, la responsabilidad de formar maestros de
educación básica pasó a los institutos tecnológicos, trasladándose así la
formación de maestros del nivel de educación media al de educación superior.
La formación de maestros
pasó del nivel de educación media al de coordinación nacional de educación
superior; se creó la Comisión Nacional de Capacitación Docente (CONACADO),
cuyos objetivos eran unificar las acciones dispersas de programas de formación
docente, y formular nuevas políticas, planes y programas de formación y
capacitación de docentes para la educación básica.
Inicialmente esta
Comisión dependió de la Secretaría de Estado; luego formó parte de la Dirección
General de Educación Media y Superior, y, en 1986 pasó a la Dirección de
Educación Universitaria, hoy de Educación Superior. En función de sus
objetivos, la Comisión formuló un Programa Nacional de Capacitación Docente
(PRONACADO), el cual pretendía desarrollar cuatro grandes proyectos: Formación
de profesores de educación básica para 1o. y 2o. ciclos (incluía parvularia),
Formación de profesores de educación especial, Formación de profesores de
tercer ciclo básico, y Formación de profesores de educación media. El Programa
contemplaba, además, cursos de formación de personal para la docencia. Dichos
proyectos de formación tenían continuidad. Este Programa se fundamentó en los
criterios de integración, continuidad, secuencia y dinamismo propios para
lograr un perfil académico-profesional del docente, de modo que desarrollara
actitudes favorables hacia la autogestión y el perfeccionamiento permanente.
El plan comprendía dos áreas de capacitación: una de autogestión y otra
de formación académico-profesional. La de autogestión, fundamentada en los
criterios de educación permanente: educabilidad del individuo y capacidad de
autoaprendizaje del estudiante en función de los incentivos académico-pedagógicos
y de los propios, por su condición de sujeto y de autor de su realización
profesional. Una estrategia motivadora de esta
área era la
realización progresiva de la práctica docente.
La formación académico-profesional, respaldada
por asignaturas mediante las cuales se pretendía integrar el componente
cognoscitivo de la profesionalización sobre la base de una capacitación
pedagógica, filosófica, sociológica, ética y tecnológica, enriquecida por una
especialización opcional y complementada por la práctica docente. El plan tenía
una duración de dos años lectivos, subdivididos en cuatro ciclos de estudios
presenciales a tiempo completo, de 18 semanas cada uno. Los requisitos de
ingreso para el plan de formación inicial eran:
•
Poseer título de bachiller
•
Disponer de tiempo completo para realizar los estudios académicos en una
jornada,
y las actividades extraescolares y de práctica docente en la otra
jornada
•
Someterse a un proceso de selección
Para graduarse se exigía
aprobar todas las asignaturas del plan de estudios, realizar satisfactoriamente
la práctica docente, y desarrollar un proyecto educativo como parte de la
capacitación opcional.
A los graduados se les
otorgaba el título de Profesor de Educación Básica para 1o. y 2o. Ciclos,
Profesor de Educación Especial, Profesor para Tercer Ciclo de Educación Básica,
o Profesor de Educación Media (este último idóneo para el personal que laboraba
en bachillerato).
En 1984, un Seminario
Nacional de Evaluación de la Formación y Perfeccionamiento de Profesores de
Educación Básica recomendó, entre otros aspectos, reestructurar el PRONACADO
sobre la base de objetivos más operativos, contrastándolos con un perfil
profesional del docente, el cual también debería ser congruente con el perfil
del salvadoreño pretendido en los objetivos de la educación básica.
En 1987, la Comisión Nacional de Capacitación
Docente, adscrita a la Dirección de Educación Superior, implementó un Proyecto
de Mejoramiento de la Educación Tecnológica del Nivel Superior. Se decidió
aumentar a tres años los estudios tecnológicos de las áreas productivas. Con el
nuevo plan se formaban maestros de las áreas productivas, y maestros para los
tres ciclos de la educación básica. El plan curricular comprendía cuatro áreas:
•
Formación personal y social, referida a la formación humana para el
desarrollo de las capacidades y potencialidades del estudiante en sus
dimensiones de profesional, de padre de familia y de ciudadano;
•
Estudios básicos, que proporcionaran al estudiante las bases necesarias
para el campo específico de su profesión;
•
Formación especializada, destinada a orientar el desarrollo de las
habilidades, capacidades, destrezas y dominios necesarios para el desempeño
profesional del nivel o de la especialidad seleccionada;
• Prácticas profesional
y social, regidas por lineamientos establecidos por la Dirección General de
Educación Superior.
En 1989 se suspendió el ingreso a la carrera
de profesorado para educación básica en todas las instituciones autorizadas,
pero se permitió que los alumnos que ya habían iniciado sus estudios
concluyeran su formación.
Hasta 1993 ninguna institución formó maestros
de educación básica, por lo que muchos maestros de otros niveles y modalidades
fueron empleados en instituciones de este nivel educativo, lo cual generó
problemas de calidad porque los maestros atendieron un nivel distinto de aquel
para el cual se habían preparado.
Como respuesta a la necesidad de formar maestros para educación básica,
en abril de 1994 se aprobó el plan de formación de maestros de educación básica
para 1° y 2° ciclos.
jueves, 28 de mayo de 2015
Formación docente
"Formar de manera adecuada, científica y ética, a los docentes para los distintos niveles y especialidades educativas; promoviendo y fomentando la investigación para mejorar la calidad del proceso enseñanza-aprendizaje" es uno de los principales puntos que tiene la Ley de carrera docente de El Salvador.
Por este motivo las instituciones de educación superior salvadoreñas suelen brindar a sus docentes cursos de capacitación y perfeccionamiento en las áreas en las que se desempeñen.
Sin duda la formación continua de los docentes es fundamental en el desarrollo de su profesión, por eso hay instituciones tanto nacionales como internacionales que fomentan dicha capacitación, con el fin de alentar el crecimiento del potencial docente.
Instituciones como Insaforp o Fundación Carolina o Fulbright a través de la Embajada de Estados Unidos en El Salvador, otorgan becas de ayuda a los docentes interesados en continuar formándose para la profesión escogida.
Otra forma de informarse sobre las convocatorias de ayudas y subvenciones para personal docente e investigador es a través del portal de Becas Universia El Salvador. Conozca las últimas becas publicadas estructuradas por perfiles, institución convocante, finalidad de la beca, tipo de entidad y lugar de disfrute.
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